Que es y que hace un DOWNPIPE?

 Downpipe

El Downpipe es el primer tramo de tubería de escape que va del turbo, lo que hace es que te libera la presión generada por una tubería mas angosta, y es mas fácil que salgan los gases del motor y turbo, incrementando la potencia del motor. El orden es: Motor – Header – Turbo – Downpipe – Catalizador – Pre Silenciador – Silenciador

¿Para qué sirve exactamente?, ¿Que beneficios te da?

En si no aumenta el flujo de gases, lo que hace es que le cuesta menos trabajo al motor/turbo sacar los gases. Ve el motor como el pulmón de una persona. Imagina que para evitar ruido soplas por una pajita. Esa pajita te limita mucho la capacidad para sacar el aire. Si esa pajita la cambias por una de más diámetro te va a costar menos trabajo soplar.

El punto es que el sistema de escape más libre no te da más potencia, sino que REDUCE el esfuerzo para sacar los gases. Recupera/aprovecha potencia que ya tienes pero que el sistema de escape te bloquea, NO GENERA POTENCIA. En cuanto al ruido, el down pipe optimizado como tal prácticamente no te va a dar cambio de sonido

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Las averías más comunes que puedes provocar a tu coche

averías de tu coche

El coche es un máquina y por tanto hay que aceptar que las averías son inevitables. Pero, además de las averías que se producen por el desgaste o el defecto de fabricación, hay otro tipo de ellas de las que el conductor es responsable directo. Aquí te mostramos las principales averías que podrías evitar. Sólo suponen un porcentaje muy pequeño del total, pero a diferencia de las demás, estas sí que te las puedes ahorrar, tanto en tiempo como en dinero.

Equivocarse al repostar: 26%

Si uno echa gasolina a un automóvil diesel en cantidad, toca vaciar el depósito y limpiar los filtros. Y eso si te das cuenta a tiempo, ya que si arrancas, puede salir bastante más caro ya que puede afectar a otras partes de la mecánica. Es más complicado equivocarse al revés, ya que la boca de la manguera del gasóleo no cabe en un gasolina al ser más gruesa. Fijándose un poco al repostar, no es difícil evitar esta situación.

Ignorar los testigos del tablero de instrumentos: 20%

Siempre hablamos de la importancia de leer el manual de instrucciones. Así sabremos qué nos indican las diferentes luces del salpicadero, ya que muchas de ellas advierten de posibles averías. Como regla general, las luces rojas indican una detención inmediata. Hazles caso, pues puede que el coche no frene de forma adecuada o que el motor no se lubrique correctamente, lo que pone en riesgo tu vida… y tu bolsillo.

No realizar el mantenimiento programado en tiempo o kilómetros: 16%

Cuando el fabricante de tu vehículo marca unos intervalos de mantenimiento (en años o en kilómetros), no lo hace por gusto. No hay que ignorarlos ya que eso podría anular las diferentes garantías de tu vehículo o que aparezcan averías que sea más caro solucionar. Aunque a veces parezca que hay que acudir demasiado pronto al taller, hazlo, bien en taller oficial o independiente. Es inteligente también cambiar las piezas de desgaste antes de que revienten solas

Estilo de conducción: 13%

No se debe abusar de la conducción agresiva… ni de la conducción eficiente mal realizada ya que someten a un estrés adicional a los componentes, y pueden fallar antes (embrague, turbo, sistemas anticontaminación en diesel). Es fácil de arreglar, conduciendo con suavidad y, de vez en cuando, dar un estrujón a la mecánica para quemar carbonilla.

Falta de anticongelante: 5%

Cuando la proporción de agua  y anticongelante no es la correcta, una helada puede congelar el agua del sistema y romper los manguitos, que son las partes más delicadas. Como comprobar con un densímetro la proporción de anticongelante no está al alcance de todo el mundo, lo mejor es utilizar anticongelante de uso directo, ya mezclado. Debes cambiarlo cada cierto tiempo ya que pierde propiedades, así que apunta cuándo toca.

En caso de que necesitaras  piezas segunda mano de tu automóvil, desde Europiezas podrás encontrar fácilmente todo aquello que busques ya sea en nuestra gran base de datos de piezas recogidas del stock físico de nuestra gran red de empresas y desguaces asociados.

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El intercooler: qué es y cómo funciona

Intercooler frontal

El intercooler es una pieza clave en los motores sobrealimentados. La definición más básica que podemos hacer es que se trata de un intermediario entre el turbo y la admisión del motor. Se encarga de enfriar el flujo de aire que envía el turbocompresor (que trabaja a temperaturas muy altas), redirigiéndolo hacia el colector de admisión con una temperatura óptima.

Para conseguir ese propósito el intercooler necesita colocarse en una zona que reciba el aire de frente, para poder convertirse en una “nevera” a pleno rendimiento. Generalmente, si sus dimensiones son grandes, suele colocarse en la parte central-frontal. Cuando es más pequeño, una posición habitual es en los pases de rueda frontales.

Todo comienza en el momento en el que demandamos potencia con el pedal de acelerador. En ese mismo instante, las aspas del turbo empiezan a funcionar, de tal modo que comienzan a aspirar aire atmosférico a través del filtro. El intercooler se encarga de enfriar el aire que envía el turbo, por lo que si aspira aire frío (como en invierno) se facilitará mucho el trabajo de esta “nevera”. Por tanto, una vez que la caracola del turbo envía el aire atmosférico a través de la tubería (como podemos observar en la foto superior, la parte de color rosa), rápidamente es enviada al intercooler.

La ventaja de que el intercooler esté colocado en una ubicación que reciba una gran cantidad de aire del exterior, es que no tardará mucho tiempo en enfriar el flujo de aire que proviene del turbo. Si seguimos acelerando, el colector de admisión tendrá la mariposa abierta y los pistones solicitarán más aire que es expulsado a la caracola de escape del turbo (la cual está conectada con la tubería de escape).

En resumen, el aire entra con una temperatura exterior en la caracola de admisión, con la presión se calienta, el intercooler lo enfría y lo envía con la temperatura adecuada al motor. Aunque en primera instancia pueda parecer un invento de lo más normal y común, el intercooler ayuda a los motores sobrealimentados dar lo mejor de sí mismos.

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Qué es el turbo y cómo cuidar bien un motor con turbo

 

 turbo de vehiculo

Cada vez hay más vehículos con turbo, un invento genial que aporta potencia a motores pequeños. Pero es una pieza delicada que debes cuidar en dos momentos clave de la conducción. La razón principal es que un problema en el turbo puede ser muy costoso, ya que esta pieza cuesta, en torno a los mil euros (hay distintos precios en función de los modelos). No sólo eso, sino que en algunos vehículos es complicado de sustituir, por lo que la factura de mano de obra en el taller aumenta.

¿Qué es el turbo? Se puede equiparar a esos molinillos de juguete que giran cuando los soplas. Si se colocan dos molinillos en un mismo eje, de manera que si uno gira, el otro también lo hace, tienes un turbo. Los gases que salen por el tubo de escape se llevan hasta ese molinillo, que gira. El otro gira al mismo tiempo, soplando los gases que van a entrar en el motor y cuanto más aire entra en el motor, más corre. Recurriendo a un símil que me contaron en un concesionario, “es más o menos como si, cuando estás sofocado subiendo una escalera, y te dan un impulso de aire con un fuelle, pues subes más rápido”.

Cuando el turbo empieza a funcionar, da una especie de empujón, el par, debido al aumento de presión en su interior (en los coches convencionales entre 0,2 y 1 bar). A esto añade que puede alcanzar 750 grados de temperatura y que gira a 100.000 revoluciones por minuto. Calor, presión y rapidez. La fórmula perfecta para una avería. Por eso conviene tener en cuenta dos momentos clave para cuidarlo:

Al arrancar el coche  con motores equipados con turbo (la mayoría de los coches diesel y cada vez más vehículos gasolina) es más importante, dejarlo simplemente al ralentí mientras te acomodas y te colocas el cinturón de seguridad, para que el turbo se lubrique bien. Al iniciar la marcha, sobre todo en invierno, no subas mucho de revoluciones el coche con el motor en frío (menos de 80- 90ºC). Mientras tu coche con turbo no coja esa temperatura, no lo fuerces si no quieres que te dure más de cuatro años. Al aceite no le gustan mucho esos cambios bruscos de temperatura, ya que puede cristalizarse. Así que si no puedes dejar el coche al ralentí un rato, al menos circula tranquilo un rato.

Al parar el coche cuando llegas a tu destino, ocurre algo parecido. Si tu coche tiene turbo, es importante que dejes el motor al ralentí un par de minutos. Así, el turbo se enfría y se lubrica bien, además de que la propia turbina baje de revoluciones. Si no lo haces, a largo plazo, podrías dañar el turbo. Esto es todavía más importante si has conducido de manera agresiva, pegando acelerones. Si el turbo funciona a altas revoluciones, se calienta. Cuenta con rodamientos para poder girar a esas velocidades tan altas, que se lubrican con el propio aceite del motor. Por eso si, con el turbo muy caliente, apagas el motor de golpe, seguirá girando por la propia inercia pero sin lubricante, por lo que sufrirá rozamientos y te durará menos.

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